jueves, 14 de abril de 2011

¿Y ahora, quién podrá defendernos?

El domingo 10 de abril, plan de 4 de la tarde, tuve una sensación que normalmente no experimento: me sentí decepcionado de mi país, pero más que de mi país, de la gente de mi país. ¿Cómo es posible? me pregunté. El sida y el cáncer a la segunda vuelta. Horror. Sentí un vacío bastante profundo y una decepción bien desgraciada que me sacó la mugre por completo. ¿Cómo podemos ser tan mezquinos? ¿Cómo podíamos ser tan estúpidos?. Confieso que he demorado algunos días en asimilarlo, y en ese proceso de asimilación (que bien valió la pena) entendí muchas cosas que mi natural limitación personal a veces no me deja comprender a la primera. Aquí comparto algunas de ellas: - Lima no es el Perú (gracias a Dios) - Perú no es Lima (gracias a Dios dos veces) - Algún tipo de mi edad o quizás de muchos menos años, que vive en el interior del país, privado de muchas cosas, seguramente sintió al ver a PPK tan cerca de Keiko en el primer reporte de la ONPE que los mezquinos eramos otros. - Alejandro Toledo es un payaso y que bueno que no vote por él. Aparte de payaso es un mezquino, y esa mezquindad es la que tanto daño puede estar causando a las mentes de esta parte del país que piensa que nos íbamos para arriba, pero que no entiende que nos tenemos que ir para arriba todos, repito, todos. - Este país esta dividido en tres tipos de personas: los que creemos que pensamos, los que no piensan y creen, y los que no piensan ni creen. Justo en este momento es que empezamos a jodernos todos. - Humala es el fiel reflejo de una gran parte de nuestro país: cerrado, resentido, contrariado, rencoroso y alienado. - Keiko refleja otra gran parte: oportunista, conchuda, ventajista y aprovechadora. - Los candidatos "buenos" también representan una buena parte de nosotros: despectivos, arrogantes, injustos, teatreros e insensibles a las necesidades ajenas. En esta segunda vuelta no sé que miércoles voy a hacer. La gente me dice que tengo que votar por Keiko (con mi bolsa para el vómito al lado definitivamente) y otros me dicen que lo de Humala podría parecerse más a Brasil que a la pobre Venezuela. Tengo sentimientos encontrados, es decir, no sé si matarme o hacer que otro me mate. Igual no sé que tan distinto hubiera sido si entraban los "buenos". Quizás para mí todo bien, pero para los demás, para ese 55% de peruanos que piensan completamente al revés que yo, quizás no. No hay que ser tan egoístas. Se nos vienen dos meses de espanto, de decerebrados filósofos de Facebook dictando lo que hay que hacer y como votar, de debates llenos de cochinadas, de más propaganda electoral, de miedos y más miedos, de cánceres y sidas, de curas y enfermedades, de corrupción y Chávez, de esperanzas pérdidas y un signo de interrogación enorme en la cabeza de muchas personas. De saltos al vacío a donde ahora muchos quieren caer. Con razón tenemos buena comida, paisajes lindos y hasta una maravilla del mundo. Dios dijo ya no se excedan, jódanse con los políticos.