lunes, 12 de mayo de 2008

Como ser un auditor y no morir en el intento

Por cuestiones del destino mi formacion profesional la incline al estudio de las ciencias contables (¿?) bueno, asi se llamaba mi facultad en la Universidad donde yo estudie (la nunca bien ponderada Universidad de San Marcos). Cuando era niño y me preguntaban que queria ser de grande, nunca supe que responder. Recuerdo que en alguna etapa de mi vida quize ser ingeniero pero despues decidi darle vuelta a ese deseo tan disparatado (gracias a Dios). Medico NUNCA quize ser, pero lease bien, NUNCA y creo que mi mama con su trabajo en un hospital ayudaron mucho en esa decision. Aviador se me cruzo por la cabeza pero despues arrugue. Abogado tampoco pues desde niño entendi que no es bueno hacerle daño a la gente (aunque mi mama se muriera en el intento de internarme en las visceras del Derecho). Ni militar, ni policia, JAMAS pues si algo le agradezco a Dios es mi libre albedrio (¿asi se dice no?).

Cuando ya estaba por salir del colegio, pense en estudiar odontologia pues una prima muy cercana (realmente es mi tia) lo estaba haciendo, pero al ver sus libros tan parecidos a los de los medicos deseche la opcion poco a poco. Despues pense que lo mio tenia que ver con las letras, entonces pense en estudiar periodismo, arqueologia, antropologia, sociologia o cualquier carrera afin que al dia de hoy hubiera ayudado a mi hambruna total. Y es que en realidad, mi situacion en ese tiempo no era para nada comoda en cuanto a dinero se referia y la posibilidad de estudiar en una universidad particular de mediano prestigio estaba completamente cerrada para mi.

Cuando termine el colegio en el año 1997 tenia una crisis propia de la edad que estaba viviendo, es decir, no sabia que mierda hacer de mi vida. Hasta se me paso por la cabeza meterme al conservatorio, pero mis habilidades no tan desarrolladas y mi necesidad de ganar dinero hicieron que por enesima vez desistiera de algun deseo mio. Hasta que recorde que durante tres años de la secundaria recibi como instruccion un curso llamado Contabilidad Mercantil y que no se me habia hecho tan complicado de entender. Indague por alli, recibi el apoyo de mis padres en cuanto a mi decision (cosa bastante rara en esas epocas) y evalue las posibilidades que tenia (que no eran muchas). Al final me resigne (lease bien me resigne, no me decidi) y saliendo del colegio decidi postular a San Marcos para la carrera de Contabilidad.

Por cuestiones que solo Dios entiende, ingrese a la primera (cosa bastante rara dada la cantidad de postulantes y mi poca preparacion) pero ese dia crei en Dios y siento que hasta una luz me ilumino (no estoy mintiendo).

La cosa es que empeze a estudiar Contabilidad de una forma bastante resignada. Los dos primeros años en la universidad los pase literalmente hueveando. Pasaba los cursos sin mayor esfuerzo (y no por mi inteligencia sino por la facilidad de los mismos) salvo uno que otro cursito que me daba dolores de cabeza: contabilidad (¿que chistoso no? pero juro que era porque el profesor era un estupido) y matematicas (confieso que en el colegio era muy bueno pero en la universidad fui muy malo, demasiado malo y lo peor de todo es que no queria aprender). Me enfrentaba a los profesores de matematicas preguntandoles para que diablos me serviria en mi carrera saber integrales dobles o hacer matrices involutivas; obviamente los profesores me veian con cara de "estudia pe´huevon!". Como un agradecimiento especial debo mencionar al gran Jeanpi porque sin su ayuda creo que hasta ahora seguiria en la universidad (aunque debo mencionar que sin mi el tampoco hubiera podido salir de alli).

Al final del segundo año tenia una sensacion cronica de amargura y de decepcion hacia mi decision de estudiar tan antipatica carrera. Y es que en realidad es antipatica, porque si alguien le pregunta a un niño que quiere ser de grande, le respondera cualquier profesion y/o ocupacion menos la de contador. Y si conocen a un niño asi pues llamen a Herodes y que proceda a darle vuelta porque ese niño no es normal. Estaba a punto de retirarme de la universidad pero mi sentimiento de culpa (mitico en mi) y el miedo de quedarme sin hacer nada me hicieron desistir muchas veces de esa idea. Paso el tercer año sin pena ni gloria, salvo estudiar en las noches y ser explotado por una contadora cuerpo de olluco (y del tamaño del mismo) a la cual, hasta estos dias, si veo en la calle, procurare hacerle algo malo.

En cuarto año mi resignacion era mas grande que cualquier cosa dentro de mi, hasta que por azares del destino, al final del mismo, cai en las garras de un mundo completamente desconocido para mi: la auditoria. Y desde ese momento hasta hoy, salvo el ultimo año que cambie de rubro, aunque no por completo, me dedique a ser auditor. Y no saben como me llego a gustar.

Y es que a diferencia de la contabilidad tan mecanica, la auditoria es una disciplina que te hace pensar mucho y esto es algo que a mi me encanta. Gracias a la auditoria, encontre el sentido a la carrera que estudiaba y entendi que mi desarrollo profesional no estaria atado a un escritorio haciendo siempre lo mismo sino que me llevaria por muchos sitios, conociendo muchas cosas, entendiendo muchas otras y sobre todo, abriendo mi panorama de una manera muy grande.

No quiero hace una oda a la auditoria pues no por algo me cambie de rubro para no quererla ver mas. Pero es como una enamorada que dejas de querer pero que no dejas de recordar con cariño porque te enseño muchas cosas. A mi enseño a tener disciplina, a mejorar mucho mi caracter, a desenvolverme de una mejor manera con las personas, a trabajar duro y cumplir con mis objetivos trazados, a sentir que puedo someterme a cualquier tipo de presion laboral sin que eso me quiebre y sobretodo me enseño a querer lo que hago.

Ahh! y me enseño a reirme de las personas cuando me dicen que trabajan mucho. Yo de todas maneras he trabajado mas.

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