Cuando un hombre va creciendo fisica, mental y sentimentalmente (no necesariamente en ese orden ni en forma conjunta) va encontrando en las personas del sexo opuesto ciertas cosas que no ve en el. Desde chico uno va observando como el rechazo hacia las niñas se va convirtiendo sospechosamente en una atraccion que nos va sometiendo poco a poco, hasta quedar a merced de estas criaturas, completamente desconocidas para los hombres hasta ese momento de nuestras vidas. Lo mas curioso es que, como un adelanto de lo que se viene, las mujeres crecen mas rapido que los hombres. Y en esa epoca, cuando el hombre esta en la confusion de sentirse hombre o niño, las mujeres de tu edad te empiezan a ver con otros ojos y tu las botas. Cuando reparas por fin en que eres un macho cabrio y que te debes a ellas pues ya no, lo siento, sorry cholo, la chibola ya levanto los ojos y vuelves a ser un niño. Y es mas o menos como funciona la cosa en los siguientes años. Las relaciones hombres/mujeres tienen ese matiz de injusticia tan particular cuando uno esta en la edad del crecimiento. Pero cuando uno tiene mas edad...es peor.
Muchas veces me pregunto como es que un hombre debe tratar a una mujer. Yo no se mucho, tampoco es que sepa poco, pero la verdad pueden pasar 100 años y tranquilamente yo podria estar sin entender en un porcentaje respetable el modus operandi de la mente femenina. Y no es que como hombre piense que las mujeres son complicadas porque no lo pienso, lo afirmo. Pero la complicacion no implica ser peor o mejor. Solo implica diferenciacion. Esa diferenciacion que para mi es tan importante.
Porque valgan verdades, nuestro cerebro (el masculino) esta preparado para descifrar los enigmas mas grandes de este mundo (en ciencias, filosofia, letras, musica, etc.) pero no lo esta para poder entender a ese otro cerebro que habita en las cabezas de las mujeres. Para mi no es un tema de ser mejor, es un tema de estar diseñados (en todos los aspectos) de manera distinta. Sin llegar a los facilismos de que los hombres son perros (aunque a veces lo seamos) y que las mujeres son unas histericas y neuroticas (aunque muchas veces se comporten asi), es pensar que somos diferentes nada mas. Y eso ya es bastante como para poder comenzar a darnos cuenta de que hay mucha chamba entre nosotros.
Desde chico y hasta hoy me han gustado muchos tipos de mujer, aunque siempre trate de que guarden una cosa en comun: el que sean muy pero muy femeninas (la diferenciacion que mencione hace un rato). Tambien me gusta mucho que sean inteligentes y que tengan la capacidad de hacerme reir. No voy a caer en la situacion huachafa de decir que lo fisico no importa, pero he de decir que mis estandares desde adolescente han sufrido cambios extremos hasta hoy, sin que ello significase algo malo para mi (al contrario). Todo entra por los ojos, como la ropa que compras, como los alimentos que comes, pero como en esos casos, hay gustos y colores, y como dice el dicho, sobre eso no han escrito los autores.
He tenido el gusto de conocer muchas mujeres en mi vida. No solo como parejas (en grado bastante limitado), sino como amigas y familiares (en su gran mayoria), y de verdad, es bastante interesante como estas personas tan distintas a los hombres pueden ejercer una fuerza tan grande sobre nosotros. Hace mucho tiempo deje de buscar a la mujer perfecta. Lo hice cuando entendi de que yo no lo era, y que era como escupir al cielo pretender que existiera una asi. Y si existiera no seria para mi debido a mis imperfecciones.
Las mujeres son un mal necesario (como imagino deben ser los hombres para ellas, aunque ya he leido comentarios de mujeres diciendo que ellas bastarian, cosa que dudo mucho realmente). Y mas que un mal son el complemento perfecto para el hombre. No hablo de matrimonios ni de una vida eterna. Hablo de espacios de tiempo (la duracion depende de cada uno) donde las mujeres resultan por demas perfectas para poder alcanzar esa sensacion que muchos llaman felicidad. Tambien sirven para que conozcas el otro lado de la sensacion: la tristeza absoluta, el vacio, el dolor. Pero como la felicidad, eso tambien tiene una duracion limitada.
Yo le doy mil gracias a las mujeres que conozco, pues por ellas aprendo a valorar cada dia mas mi condicion de hombre. Y no porque ser hombre sea mejor, sino porque sino lo fuera, no podria entender las cosas de las mujeres que las mujeres mismas no entienden, y no podria apreciarlas de la mejor manera.
Bendita sea mi mama, por haberme parido macho.
(Lizandro Meza)
miércoles, 6 de agosto de 2008
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