Sinceramente es la misma vaina. No encuentro mayor diferencia. Sentado en la barra de un restaurant muy bonito (y un toque caro también pero tengo viáticos) en Cusco a punto de disfrutar de comida rica y decente y sobretodo: solo, mi iPod y yo, y esta desesperación de no poder escribir mas rápido pero no importa, no tengo apuro. Acabo de tomar el jugo de papaya mas rico de mi vida y viendo trabajar al barman pienso que no me hubiera disgustado ser uno.
Regreso a lo de los 30. La soledad nunca me gusto pero la verdad a veces ayuda mucho para centrar muchas cosas dentro de uno. A mi me sirve mucho actualmente. Me da tranquilidad para darme cuenta de mis errores y también para adjudicarle errores a los demás. Porque es verdad Renzo, tus vacas sagradas se equivocan, y mucho lamentablemente. Quizá sea hora de que esas vacas sean filetes o unos buenos bistecks y se acabe la gracia comiendolos y esperando al menos una buena digestión.
Se supone que a los 30 ya debería empezar a pensar en casarme y en tener una familia. Yo tengo una, pero creo que se refieren a aquella donde yo maneje el carro o vaya a las reuniones de padres de familia. No gracias, aun no. Faltan muchas cosas todavía pero de que esta en mis planes, no lo puedo negar.
A veces la expectativa es mayor por los numeritos que por otra cosa. Eso pasa en mi caso,nada cambio. Sigo siendo la misma mierda de siempre, solo que ahora como un poco caro y me dicen señor. Quizá un poco menos de pelo y menos inocencia y fe en la personas. Por lo demás ya veré como me va a los 40. Espero que un poco mejor.
martes, 21 de septiembre de 2010
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